miércoles, 7 de noviembre de 2012

Castigado sin deporte

A lo largo del curso o la temporada, los educadores deportivos asistimos en determinadas ocasiones al fenómeno de las bajas por castigo en nuestras actividades. Para algunos padres y madres, las actividades de sus hijos pasan a un segundo plano cuando el rendimiento académicos ofrece resultados no deseados, y consideran un arma para mejorar este aspecto el privar a sus hijos por un periodo de tiempo puntual o prolongado de estas actividades.

Debemos pensar que la práctica de ejercicio físico no solo es recomendable, sino imprescindible para la formación tanto física como personal y social (si se hacen bien las cosas) de nuestros jóvenes  y cortar este desarrollo, además de perjudicial, será inútil como castigo. Considerando el estudio que comentamos anteriormente en el blog, el factor practicar deporte tiene una correlación positiva con los resultados académicos. El ejercicio físico habitual permiten a los escolares estructurar su rutina..

Del fenómeno de la utilización de un castigo incorrecto no nos libramos los propios educadores. Muchas veces, con la intención de respetar una serie de normas o provocar unas conductas determinadas, castigamos con la realización de vueltas al campo extra, abdominales o flexiones, al fin y al cabo ejercicio físico, que al ser relacionado con una conducta negativa puede provocar su rechazo en el futuro.

Basarse más en la recompensa que en el castigo nos traerá más beneficios. 


1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con la segunda parte: si castigas a los niños con correr, nunca practicarán la carrera de forma autónoma en el futuro pues lo relacionarán con sentimientos negativos.

    Pero en cuanto al principio del artículo...Un deporte colectivo es fuente de diversión y bienestar para el niño/a, por lo que a mi juicio si podríamos usarlo para incentivarlo, siempre y cuando veamos que lo que esto consigue es aumentar su rendimiento académico y deportivo; la gran mayoría de los niños son capaces de obtener buen rendimiento académico y además acudir a sus entrenamientos, por lo que si todo marcha según lo previsto no habrá que usar este castigo en exceso (propongo esto como alterantiva ya que no soy partidario de premiar el buen rendimiento en el colegio ya que es la obligación del niño dar su máximo sin necesidad de incentivos).

    ResponderEliminar